Capítulo IV: El triunfo constitucionalista

Las conferencias de Niágara

Mientras el avance de los rebeldes se hacía más rápido, los Estados Unidos, dueños de Veracruz, exigían la renuncia de Victoriano Huerta como condición indispensable para acabar con la ocupación de aquel puerto. En México todos parecían ser conscientes de la desesperada situación en que se encontraba su presidente que, además de tener que hacer frente a los insurrectos y a la presencia de los norteamericanos en el país, debía solucionar también los problemas que habían surgido en su propio bando, y que se iban agravando a medida que su posición se debilitaba.

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