Cañas y Barro: 74
none Pág. 74 de 158 Cañas y Barro Vicente Blasco Ibáñez Tonet celebró este encuentro, que podía entretenerle durante su espera. ¿Qué hacía allí...? Nada: pasaba el tiempo, hasta que llegase la noche. Esperaba la hora de ir en busca de ciertos amigos de Catarroja, que no le dejarían sin cenar; descansaba, y el descanso es la mejor ocupación del hombre. Había visto a Tonet desde su escondrijo y lo llamó, sin abandonar por esto su magnífica posición. Su cuerpo se había acomodado perfectamente en la paja, y no era caso de perder el molde... Después explicó por qué estaba allí. Había comido en la taberna con unos carreteros, excelentes personas, que le dieron unos mendrugos, pasándole el porrón a cada bocado y riendo sus chuscadas. Pero el tabernero, igual a todos los de su clase, apenas se fueron los parroquianos le había puesto en la puerta, sabiendo que por propia cuenta nada podía pedir. Y allí estaba matando al tiempo, que es el enemigo del...
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