Cantos de vida y esperanza: I
Se está trabajando actualmente en este texto. Yo soy aquel que ayer no más decía I Pág. I de {{{Reseña}}} Cantos de vida y esperanza Rubén Darío A José Enrique Rodó Yo soy aquel que ayer no más decía el verso azul y la canción profana, en cuya noche un ruiseñor había que era alondra de luz por la mañana. El dueño fui de mi jardín de sueño, lleno de rosas y de cisnes vagos; el dueño de las tórtolas, el dueño de góndolas y liras en los lagos; y muy siglo diez y ocho muy antigio y muy moderno; audaz, y cosmopolita; con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo, y una sed de ilusiones infinita. Yo supe de dolor desde mi infancia, mi juventud...¿fue juventud la mía? Sus rosas aún me dejan su fragancia... una fragancia de malancolía... Potro sin freno se lanzó mi instinto, mi juventud montó potro sin freno; iba embriagada y con puñal al cinto; si no cayó, fue porque Dios es bueno. En mi jardín se vio una estaua bella; se juzgó mármol...
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