Don Álvaro o La fuerza del sino: 09
Escena séptima 09 Pág. 09 de 50 Don Álvaro o La fuerza del sino - Primera jornada none DON ÁLVARO en cuerpo, con una jaquetilla de mangas perdidas sobre una rica chupa de majo, redecilla, calzón de ante, etc., entra por el balcón y se echa en brazos de LEONOR D. ÁLVARO (Con gran vehemencia.) ¡Ángel consolador del alma mía! ¿Van ya los santos cielos a dar corona eterna a mis desvelos? Me ahoga la alegría... ¿Estamos abrazados para no vernos nunca separados? Antes, antes la muerte. Que de ti separarme y de perderte. DOÑA LEONOR ¡Don Álvaro! (Muy agitada.) D. ÁLVARO Mi bien, mi Dios, mi todo ¿Qué te agita y te turba de tal modo? ¿Te turba el corazón ver que tu amante se encuentra en este instante más ufano que el sol?... ¡Prenda adorada! DOÑA LEONOR Es ya tan tarde... D. ÁLVARO ¿Estabas enojada porque tardé en venir? De mi retardo no soy culpado, no, dulce señora; hace más de una hora que despechado aguardo por estos...
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