El final de Norma: Segunda parte: Capítulo III
El final de Norma Capítulo III: Donde se prueba que todo violín debe tener su correspondiente caja de Pedro Antonio de Alarcón Sin otra novedad transcurrió una semana. Durante ella, Serafín no subió sobre cubierta ni casi salió de su cámara, donde se dedicó, con un afán que era miedo disfrazado, a escribir música. Por consiguiente, no había llegado a enseñar al Capitán el billete misterioso, ni a encontrarse con él después de la conferencia que hemos referido. A la verdad, si de alguien desconfiaba el pobre músico era del llamado Rurico de Cálix, cuyas explicaciones le habían dejado mucho que desear y cuyo frío rostro le era sumamente desagradable... Sin embargo, el peligro no se había presentado. El día que hacía nueve de navegación decidió darse a luz, y subió sobre cubierta a eso de las cuatro de la tarde. Rurico no había visitado tampoco en toda la semana a nuestro amigo Serafín. Al asomar éste la cabeza por la escotilla después de tantos días...
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