El gran simpático: 10
Capítulo X 10 Pág. 10 de 10 El gran simpático Felipe Trigo Gabriel llegó a Madrid el lunes a las cuatro de la tarde. A las cinco se había plantado su huit reflets y estaba en el hotel de Josefina... que no le recibió. El martes no le recibió tampoco y dejó una carta. El miércoles se la devolvieron sin abrir. Y el jueves, finalmente, la doncella que estuvo en el Palmar, le advirtió, por encargo de su ama, «que no volviera a molestarse». Mas he aquí que el jueves también recibió una carta tremebunda: era de su padre, que noticioso de la falta del pago, por el dueño de las tierras, imprecaba al hijo duramente. En vez de mandarle la mensualidad, le remitía diez duros para el tren - advirtiéndole que si pensaba seguir en Madrid lo hiciese por cuenta propia; y Gabriel, con toda su alma tierna enternecida, lloró el disgusto de su casa y reconoció como harto justa semejante decisión. Le mataba la amargura. Hizo balance, y se encontró, de las dos mil, con...
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