El Lazarillo de Manzanares: 20
El Lazarillo de Manzanares con otras cinco novelas El Lazarillo de Manzanares de Juan Cortés de Tolosa Capítulo XIII Cómo se enamoró y cómo de esta causa nació despedirle su amo Heme aquí, vuesa merced, que gozo tranquilidad de vida sin cuidar más que de comerme lo mejor que a las manos podía haber. Pues sepa ahora que el diablo del portugués cayó en desgracia de mi dueño por haber entendido que sólo servía tratar de los polvos filosofales, consumir su hacienda y quedarse él con parte della, aunque en el hábito no lo mostró, porque si supiera de la piedra que intentaban lo que de estudiar un jubón de ajedrez, a ser de color los remiendos que le echaba, diera muy presto con ella; pues ya cerca de las medias tenían tantos puntos que nos sucedía a los que las mirábamos lo que a un hombre ciego con su mujer, hermosa pero corcobada, que era tentarla el defeto y no verla el buen rostro, porque lo que veíamos estaba tan puntuoso como he dicho, y bueno lo que...
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