El Papa del mar : 3-03
El Papa del marTERCERA PARTEEN EL ARCA DE NOÉCapítulo IIIDe cómo la Señora de Pineda, al aburrirse en la Costa Azul,hizo un pequeño rodeo en su camino para volver a París de Vicente Blasco Ibáñez Una ancha avenida de colores descendía hasta el Mediterráneo. Era una sucesión de mesetas floridas rojas, azules, violeta, amarillo oro, que venían a terminar en las rocas de la costa. Más allá del arranque de esta cascada multicolor, un vasto jardín esparcía sus frondas, tamizando el azul del mar y el cielo a través de sus columnatas de troncos, que entrecruzaban, como lianas, rosales serpenteantes. Sobre su eterno fondo verde resaltaba la blancura marmórea de fontanas y estatuas. El sol descendiendo hasta el suelo en jirones de luz, despertaba una vida de inquietos murmullos. Flotaban las mariposas en el espacio como flores de la atmósfera; sonaba un lejano e insistente arrullo de palomas invisibles; en los tazones de las fuentes huían los peces de oro y bermellón,...
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