El tulipán negro: Capítulo II
El tulipán negro Capítulo II: Dos hermanos de Alejandro Dumas Como había dicho la bella Rosa en una duda llena de presentimientos, mientras Jean de Witt subía la escalera de piedra que conducía a la prisión de su hermano Corneille, los burgueses hacían cuanto podían por alejar la tropa de De Tilly que les molestaba. Lo cual, visto por el pueblo, que apreciaba las buenas intenciones de su milicia, se desgañitaba gritando: -¡Vivan los burgueses! En cuanto al señor De Tilly, tan prudente como firme, parlamentaba con aquella compañía burguesa ante las pistolas dispuestas de su escuadrón, explicándoles de la mejor manera posible que la consigna dada por los Estados le ordenaba guardar con tres compañías de soldados la plaza de la prisión y sus alrededores. -¿Por qué esa orden? ¿Por qué guardar la prisión? - gritaban los orangistas. -¡Ah! -respondió el señor De Tilly-. Me preguntáis algo que no puedo contestar. Me han dicho: «Guardad»; y guardo....
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