El tulipán negro: Capítulo XVIII
El tulipán negro Capítulo XVI: El enamorado de Rosa de Alejandro Dumas Apenas había pronunciado Rosa aquellas palabras de consuelo a Cornelius, cuando se oyó en la escalera una voz que pedía a Gryphus noticias de lo que ocurría. -Padre mío -dijo Rosa-, ¿oís? -¿Qué? -El señor Jacob os llama. Está inquieto. -Se ha hecho tanto ruido -exclamó Gryphus-. ¡Se hubiera dicho que este sabio me estaba asesinando! ¡Ah! ¡Cuánto daño proporcionan siempre los sabios! Luego, señalando con el dedo la escalera a Rosa, ordenó: -¡Caminad por delante, señorita! -y cerrando la puerta, acabó-: Ya voy con vos, amigo Jacob. Y Gryphus salió, llevándose a Rosa y dejando en su soledad y en su amargo dolor al pobre Cornelius que murmuraba: -¡Oh! Tú eres el que me has asesinado, viejo verdugo. ¡No sobreviviré a esto! Y, en efecto, el pobre prisionero cayó enfermo sin ese contrapeso que la Providencia había puesto en su vida y que se llamaba Rosa. Por la noche, regresó la...
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