La cocina de la revolución y del imperio
LA COCINA DE LA REVOLUCIÓN Y DEL IMPERIO La Revolución Francesa acabó con todo menos con la cocina. En plena hambre de París Danton ofrecía comidas por valor de cuatrocientos francos por cubierto, y Barras se dice que hacía que le llegasen las setas de Saboya y de la desembocadura del Ródano por medio de mensajeros ultrarrápidos. Fue la época de Grimod de la Reyniére y Brillat-Savarin, los grandes escritores gastronómicos que tenían el apetito burgués, pero refinado, de la todopoderosa nobleza de la toga Con la Revolución y el Imperio aparece el primer gran cocinero de Francia, Antonin Carême, chef entre otros del príncipe de Talleyrand. Luego lo fue de Rotschild y del zar Alejandro. Es el momento de aquel gran gourmet, ex obispo de Autun y ministro de Napoleón, que pagaba dos mil cuatrocientos napoleones mensuales a Carême -napoleones de oro del imperio- y destinaba cien mil como presupuesto mensual de cocina. Talleyrand recibía cada mañana el proyecto de la...
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