La Conquista del Perú: 24

21/10/2009 4.331 Palabras

La Conquista del Perú de Pablo Alonso de Avecilla XXIII - Los Andes La sorpresa de Coya y la salvación de Almagro, llenó de terror y admiración a Luque, a Pizarro y a todos los invasores, y particularmente a los jefes militares que habían formado el consejo de guerra, porque nadie se podía explicar satisfactoriamente un suceso tan extraordinario. Un destacamento numeroso al mando de Benalcázar observaba a la división de Coya, como ya hemos indicado, y entorpecía e imposibilitaba todos sus movimientos; y la prisión, condenación y ejecución de Almagro, se había manejado con tanta rapidez y tan impenetrable misterio, que nadie lo había sabido en la ciudad, y menos se hubiera podido saber en la campiña. La hermosa Ocollo, que tanto debía a Almagro, y que en su pecho ardía la más pura gratitud, viendo inútiles sus súplicas y su llanto a las plantas de Pizarro, por un veloz indio, peatón de toda su confianza, dio aviso a Coya en aquellos mismos...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info