La lucha por la vida I: 029
none Pág. 029 de 97 La lucha por la vida I Segunda parte Pío Baroja -¡Anda que confiesen ellas y la maire que las ha parío! -Que las den morcilla a todas. Después de las mujeres salían los hombres, los ciegos, los tullidos y los mancos, sin apresurarse, hablando con gravedad. -¡Pues no quien que me case! -murmuraba un ciego, sarcásticamente, dirigiéndose a un cojo. -Y tú ¿qué dices? -le preguntaba éste. -¿Yo? ¡Que naranjas de la China! Que se casen ellas si tien con quien. Vienen aquí amolando con rezos y oraciones. Aquí no hacen falta oraciones, sino jierro, mucho jierro. -Claro, hombre..., parné, eso es lo que hace falta. -Y todo lo demás... leñe y jarabe de pico...; porque pa dar consejos toos semos buenos; pero en tocante al manró, ni las gracias. -Me parece. Salieron las señoras con sus libros de rezos en la mano; las viejas mendigas las perseguían y las atosigaban con sus peticiones. Manuel miraba a todas partes por si encontraba al...
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