La lucha por la vida I: 038
none Pág. 038 de 97 La lucha por la vida I Segunda parte Pío Baroja -Bueno; pues dígale usted que le esperamos en el café de San Millán, a las nueve -dijo Roberto. -¿Y cómo le vamos a conocer a ese hombre? -preguntó Manuel. -Es verdad -dijo Roberto-; ¿cómo le vamos a conocer? -Muy fácilmente. El suele andar, de noche, por los cafés con un aparato de esos para oír canciones. -¿Un fonógrafo? -Eso es. En esto apareció en el portal una vieja, que vino gritando: -¿Quién ha sido el hijo de la grandísima perra que ha roto el farol? -Calla, calla -le contestó el arriero-,que está todo arreglado. -¡Hala, vamos! -dijo Manuel a Roberto. Los dos salieron de la posada y echaron a andar de prisa. Entraron en el café de San Millán. Roberto pidió de cenar. Manuel conocía al Tabuenca de verle por las rondas, y explicó a Roberto la clase de tipo que era mientras cenaban. El Tabuenca vivía de una porción de artificios construidos por él. Cuando notaba que el...
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