La lucha por la vida I: 063
none Pág. 063 de 97 La lucha por la vida I Tercera parte Pío Baroja Llegó el cura con otro que traía una estola e hizo todas las ceremonias de la Unción. Cuando el vicario y sacristán salían, Manuel miró a su madre y la vio lívida, con la mandíbula desencajada. Estaba muerta. El muchacho se quedó solo en el cuarto, iluminado por la luz de aceite, sentado en un baúl, temblando de frío y de miedo. Toda la noche la pasó así; de vez en cuando entraba la patrona en paños menores y preguntaba algo a Manuel, o le hacía alguna recomendación, que éste, en general, no comprendía. Manuel aquella noche pensó y sufrió lo que quizá nunca pensara ni sufriera: reflexionó acerca de la utilidad de la vida y acerca de la muerte con una lucidez que nunca había tenido. Por más esfuerzos que hacía, no podía detener aquel flujo de pensamientos que se enlazaban unos con otros. A las cuatro de la mañana estaba toda la casa en silencio, cuando oyose ruido del...
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