La lucha por la vida I: 068
none Pág. 068 de 97 La lucha por la vida I Tercera parte Pío Baroja -Sí; pero me falta dinero. Don Telmo me prestaba diez mil duros, a condición de cederle, en el caso de ganar, la mitad de la fortuna al entrar en posesión de ella, y no he aceptado. -Qué disparate. -Quería, además, que me casase con su sobrina. -¿Y usted no ha querido? -No. -Pues es guapa. -Sí; pero no me gusta. -¿Qué? ¿Se acuerda usted todavía de la chica de la Baronesa? -¡No me he de acordar! La he visto. Está preciosa. -Sí; es bonita. -¡Bonita sólo! No blasfemes. Desde que la vi, me he decidido. O va uno al fondo o arriba. -Se expone usted a quedarse sin nada. -Ya lo sé; no me importa. O todo o nada. »Los Hasting han tenido siempre voluntad y decisión para las cosa. El ejemplo de un pariente mío me alienta. Es un caso de terquedad, tonificador. Verás. »Mi tío, el hermano de mi abuelo, estuvo en Londres en una casa de comercio; supo por un marino que en una isla del Pacífico...
Está viendo el 15% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas