La reina de la aguja
Allá, en Tordesillas, encontrábase una vez la Corte española. La reina doña Isabel I descansaba una tarde a la sombra de unos arbolillos, en la humilde huerta de la Casa Real... Entonces los monarcas no nadaban en la abundancia ni en el lujo. Míseramente vivían. No gozaban en esa hora de espléndida lista civil, que es como se llama en los tiempos modernos el presupuesto de los monarcas. La buena y santa reina preparaba la guerra contra el moro, decidida a concluir con la invasión musulmana en la península. Esto ocurría de 1482 a 1492. En ese período, la reina de Castilla y su esposo el rey don Fernando de Aragón, desvelábanse preparando la campaña. Todo era miseria en las tierras de ambos soberanos. Poco antes hubo la invasión de la peste negra que diezmó las villas. Era una dolencia de origen oriental. Los peregrinos la traían y la iban derramando. Millares de millares de españoles cayeron por la que entonces se denominaba «Landre». La ciencia médica aun no...
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