Los Miserables: I.2.3
Los MiserablesPrimera parte: "Fantina"Libro segundo: "La caída"Capítulo III: Heroísmo de la obediencia pasiva de Víctor Hugo La puerta se abrió. Pero se abrió de par en par, como si alguien la empujase con energía y resolución. Entró un hombre. A este hombre lo conocemos ya. Era el viajero a quien hemos visto vagar buscando asilo. Entró, dio un paso y se detuvo, dejando detrás de sí la puerta abierta. Llevaba el morral a la espalda; el palo en la mano; tenía en los ojos una expresión ruda, audaz, cansada y violenta. Era una aparición siniestra. La señora Magloire no tuvo fuerzas para lanzar un grito. Se estremeció y quedó muda e inmóvil como una estatua. La señorita Baptistina se volvió, vio al hombre que entraba, y medio se incorporó, aterrada. Luego miró a su hermano, y su rostro adquirió una expresión de profunda calma y serenidad. El obispo fijaba en el hombre una mirada tranquila. Al abrir los labios sin duda para preguntar al recién llegado lo que...
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