Los Miserables: III.8.9
Los MiserablesTercera parte: "Marius"Libro octavo: "El mal pobre"Capítulo IX: Un policía da dos puñetazos a un abogado de Víctor Hugo Por más soñador que fuese Marius, ya hemos dicho que era de naturaleza firme y enérgica. Los hábitos de recogimiento habían disminuido tal vez su facultad de irritarse, pero habían dejado intacta la facultad de indignarse. Se apiadaba de un sapo, pero aplastaba a una víbora. Ahora su mirada había penetrado en un agujero de víboras; era un nido de monstruos el que tenía en su presencia. - ¡Es preciso aplastar a esos miserables! -dijo. Se bajó de la cómoda lo más suavemente que pudo. En su espanto por lo que se preparaba, y en el horror que los Jondrette le causaban, sentía una especie de alegría con la idea de que le sería dado prestar un gran servicio a la que amaba. Pero, ¿qué hacer? ¿Advertir a las personas amenazadas? ¿Dónde encontrarlas? No sabía sus señas. ¿Esperar al señor Blanco a la puerta a las seis, al...
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