Los seis velos: 4

26/10/2009 1.630 Palabras

Los seis velos de Pedro Antonio de Alarcón Parte tercera. El velo verde I (Habla Rafael.) -Inútilmente busqué a Matilde por todo Sevilla: no la encontré. Pasó un año. Mi amor, mi extravagante amor, era una monomanía, una locura. Cuando un hombre de mi temple se fija en un deseo y no lo consigue, vive como Prometeo, sintiendo en las entrañas el lento roer de un buitre. Veía otras mujeres, otras caras; yo era lo bastante rico para hacerme amar; lo bastante joven para inspirar amor; pero yo no quería otra mujer que aquélla. Yo la había visto niña, virgen, inocente. Yo había meditado sobre su destino. Yo había seguido su vida con la imaginación. Yo estaba íntimamente ligado a ella... Y, por tanto, padecía como un esposo ofendido, como un amante abandonado, como un bienhechor a quien afligen la ingratitud y la perfidia de su cliente. Tal era mi estado la tercera vez que la vi. II Terminaba un baile de máscaras en el gran salón...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info