Página:R.E.-Tomo V-Nro.17-Id.04.djvu/3
Corregido ¡Noche temible! —Suspiraba el viento... Hablaba el cielo amor... Besos de llama se enviaban allá en el firmamento las remotas estrellas... No habia rama, ni flor, ni ser, ni piedra, ni elemento, madriguera, cubil, nido ni cama que amor... eterno amor no respirase, amando cada cual según su clase. ¡Cómo temblaba la azucena pura! Su lánguida cabeza reclinaba sobre un lirio de espléndida blancura... El aura leve apénas les tocaba... La luna, deteniéndose en la altura, besos de claridad les enviaba, y el ruiseñor trinando les decia: «¡Amad... amad... que aun falta mucho al dia!» ¡Noche estrellada; bendecida hora; lágrimas que envidioso el firmamento sobre esas flores que se abrazan llora; exhalaciones que cruzáis el viento; espíritus que el aire en si atesora; calor, perfume,...
Está viendo el 51% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas