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Corregido 84 XXXVII LA ESFINGE Te arrancaron, Esfinge de granito, las alas, y tu cuerpo las arenas cubrieron, y de entonces nos condenas en la senda que lleva al infinito marcándonos fatal el postrer hito, á clavar nuestra planta en las almenas de tu frente, perdiéndose entre penas de vanidad de anhelo nuestro grito.
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