Página:Rosario de sonetos líricos.djvu/92
Corregido 88 XXXIX LA ORACIÓN DEL ATEO Oye mi ruego tú, Dios que no existes, y en tu nada recoje estas mis quejas, tú que á los pobres hombres nunca dejas sin consuelo de engaño. No resistes á nuestro ruego y nuestro anhelo vistes. Cuanto tú de mi mente más te alejas más recuerdo las plácidas consejas con que mi ama endulzóme noches tristes.
Está viendo el 53% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas