Resucita San Francisco veinticinco muertos
Resucita San Francisco veinticinco muertos
de Pedro Calderón de la Barca
Quintillas
Tirana la idolatría
a su imperio mal regido,
ignorante presidía
en cuyo engaño el olvido
muertas las almas tenía.
Y entre ciegos pensamientos
de adoraciones inciertas,
los cuerpos como violentos,
trayendo las almas muertas,
eran vivos monumentos.
Nuevo sol resplandeciente
en oriente amaneció
a su sueño dignamente;
que como a dar luz salió
empezó por el oriente.
Y como del cielo dueño
vertiese rayos de fe,
en tan luminoso empeño
forzoso a las almas fue
despertar de largo sueño.
Mucha fue la luz que dio;
mas de la muerte jüez,
mayor gloria mereció
con alma que ya una vez
helado el cuerpo dejó.
Más luz le debe advertir
quien llega a considerar
que puede, a tanto dormir,
el que duerme despertar
y no el que muere vivir.
Allí la piedra se ve
que...
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