Rojo y negro: Capítulo XXVII
Rojo y negro de Stendhal Primera experiencia de la vida El tiempo presente, ¡gran Dios! es el arco del Señor: ¡pobre del que ose tocarle! DIDEROT El lector nos perdonará si pasamos como sobre ascuas sobre este periodo de la vida de Julián, puntualizando muy contados hechos claros y precisos. No es que nos falten: en sus memorias encontraríamos mucho; pero, a causa tal vez de su disposición de ánimo, el cuadro de la vida de seminario que nos ofrecen aquellas resultaría demasiado negro, y por tanta, reñido con la moderación de colorido que queremos dejar a esta historia. Julián prosperó muy poco en sus ensayos de hipocresía de gestos, por cuyo motivo, no tardó en disgustarse, y hasta en desmayar por completo. Un apoyo exterior cualquiera hubiese bastado para darle ánimos, porque las dificultades. los obstáculos que había de vencer no eran muy grandes, pero el apoyo no llegó y nuestro héroe se encontraba solo, semejante a un buque abandonado en medio de la...
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