Soy garridilla e pierdo sazón...
Soy garridilla e pierdo sazón por malmaridada; tengo marido en mi corazón que a mí agrada. Ha que soy suya bien cinco o seis años, que nunca de él hube camisa nin paños azotes, palmadas y muchos susaños y mal gobernada. No quiere que quiera ni quiere querer, ni quiere que vea ni quiere veer; mas diz el villano que cuando él se aduerme que esté desvelada. Estó de su miedo la noche despierta; de día no oso ponerme a la puerta; así que, mezquina, viviendo soy muerta y no soterrada. Desde el día negro que le conocí, con cuantos servicios y honras que le fiz, amarga me vea si nunca le vi la cara pagada. Así Dios me preste la vida y salud que nunca un besillo me dio con virtud en todos los días de mi juventud que fui desposada. Que bien que mal, sufro mis tristes pasiones, aunque me tienten diez mil tentaciones; mas ya no les puedo sufrir quemazones a suegra y cuñada. Mas si yo quisiere trocar mal por mal, mancebos muy lindos de muy gran caudal me darán pellote,...
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