Viaje del Parnaso: 19
Capítulo III Pág. 19 de 47 Viaje del Parnaso Miguel de Cervantes varon de ingenio peregrino y raro. Un motete imagino que cantava, con voz suave; yo quedé admirado de verle alli, porque en Madríd quedava. Apolo me entendio, y dixo: «un soldado como este, no era bien que se quedara entre el ocio y el sueño sepultado. »Yo le truxe, y se como, que a mi rara potencia no la impide otra ninguna, ni inconuiniente alguno la repara.» En esto se llegaua la oportuna hora, a mi parecer, de dar sustento al estomago pobre, y mas si ayuna. Pero no le passó por pensamiento a Delio, que el exercito conduze, satisfazer al misero hambriento. Primero a un jardin rico nos reduze, donde el poder de la Naturaleza y el de la industria mas campea y luze. Tuvieron los Esperides belleza menor; no le igualaron los...
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