VIII. La Casualidad y el Investigador

Introducción

LA fraternal camaradería que reinaba en Saint Mary’s antes de que Wright designase a Fleming como su lugarteniente y sucesor, andaba bastante maltrecha. Aunque Wright había descargado en Fleming toda la responsabilidad administrativa, esto no le impedía que se dejase llevar por las camarillas y criticara las medidas adoptadas por su segundo. «¿Por qué existirá gente tan difícil, Craxton? », se lamentaba Fleming ante el secretario del servicio. Aunque él se esforzaba en conciliar a sus divididos compañeros, sin descontentar a su maestro, la cosa no resultaba fácil. Su tendencia a pasar inadvertido, desentiéndose de los conflictos personales o de las pasiones de las camarillas, resultaba casi imposible.

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