XV. Una Irreversible Equivocación. Las Armas Como Garantía de paz

06/08/2009 4.982 Palabras

Introducción Einstein con su hija Margot. EL 17 de octubre de 1933, Einstein llegaba a Princeton. Dejaba atrás una vida agitada y una Europa turbulenta y llena de malos presagios; encontraba en América una vida tranquila en una pequeña ciudad del este de Estados Unidos, un centro de estudios (el Institute for Advances Studies) confortable y bien equipado, que le permitiría continuar con sosiego sus investigaciones, aunque careciese de una comunidad científica tan estimulante como la de Berlín. Contando sus impresiones sobre Princeton, Einstein escribía así:

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info