Automóvil

Introducción

[Del gr. aútos, “mismo”, y del lat. movere, “mover”]. Ingenio que, en general, se mueve por sus propios medios, sin recibir tracción externa que colabore en el movimiento. Sin embargo, habitualmente se utiliza este término para referirse únicamente a artefactos móviles terrestres, más concretamente coches. Las partes básicas que componen el automóvil son el chasis, la carrocería y las piezas del sistema motriz, de dirección y transmisión. La primera de ellas está constituida por un armazón de acero sobre la que se sustenta el resto de las partes. El motor de uso más generalizado es el de explosión, en el que una chispa eléctrica originada por una bujía de encendido produce la combustión de una mezcla de aire e hidrocarburos ligeros (gasolina o gasoil), realizada en el carburador, en el interior de una serie de cilindros, cuyo número puede variar de cuatro a ocho. La presión originada por los gases de la explosión provoca el movimiento alternativo de los pistones, que se traspasa al cigüeñal a través de la biela. Los gases se expulsan por medio de una válvula que los conduce hacia el tubo de escape, provisto de un silenciador que reduce el ruido del motor. La transmisión, manual o automática, del movimiento del cigüeñal a las ruedas se realiza mediante el acoplamiento del embrague a una serie de ruedas dentadas de distintos tamaños, cuyo mecanismo se acciona desde el cambio de marchas y el pedal de desembrague, y que permite al automóvil permanecer parado con el motor encendido y adaptar a las necesidades de la conducción diferentes grados de aprovechamiento de su velocidad y fuerza.

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