Banco Español de Crédito (BEC)

Historia

El primer intento de creación del Banco Español de Crédito data de 1881 por parte del entonces presidente del Crédito Mobiliario Español, Sierra Cárdenas. Esta entidad, constituida en 1856, pertenecía al grupo francés Pereire y era la segunda institución bancaria española al iniciarse la Restauración, sólo precedida en importancia por el Banco de España. Los accionistas del Crédito Mobiliario Español, excepto un pequeño grupo leonés, consideraron que era el momento oportuno para fundar la nueva entidad bancaria, y así el 1 de mayo de 1902 nació el Banco Español de Crédito (Banesto), con un capital social de 20 millones de pesetas. El Banco Español de Crédito llevó a cabo una triple política, en primer lugar poseer una organización capaz de captar ahorros en todo el mapa nacional, gracias a una red de sucursales en rápida expansión: 30 en 1921, 400 en 1931, 500 en 1956 y hasta 2.221 oficinas a principios de 1990. En segundo término ser un respaldo a la nueva industrialización y al progreso de nuevos servicios. La tercera línea de acción fue el sector exterior, pero sin necesidad de salir más allá de las fronteras españolas. La Primera Guerra Mundial supuso la plena españolización del capital de Banesto, con la adquisición de las acciones de los socios franceses por parte de algunas familias como los Garnica, Cortina o Argüelles. A partir de entonces el Banco Español de Crédito, presidido por el Marqués de Cortina, vivió un crecimiento vertiginoso. En 1932, la presidencia pasó a Pablo Garnica, que incorporó al consejo de administración a otro gran financiero, Epifanio Ridruejo. Ya en la década de los años ochenta, Banesto pasó por un período de crisis que le llevó a introducir en su Consejo de Administración, por recomendación gubernativa, a una persona ajena a la entidad, José María López de Letona, hasta entonces presidente del Banco de Madrid. Esas circunstancias motivaron que el Banco de Bilbao propusiera al Banesto, el 19 de noviembre de 1987, un proceso amistoso de integración de ambas entidades. Su intención era crear un organismo bancario capaz de competir con los grandes bancos europeos de cara a la plena integración de España en la CE en 1992. Pero, finalmente el consejo decidió mantener su independencia frente al Bilbao. Tras la dimisión de López de Letona, Mario Conde fue nombrado nuevo presidente de la entidad. A principios de 1988, Banesto inició un trámite de fusión con el Banco Central. El 16 de junio, ambas entidades establecieron y aprobaron los términos de la integración. El 15 de octubre, las Juntas Generales de cada banco aprobaron la fusión para constituir el Banco Español Central de Crédito (BECC). Pero el 6 de febrero de 1989 el consejo de administración de Banesto desistió de la fusión por la falta de viabilidad del proyecto. Una vez superada esta fase, el Consejo continuó una política de saneamiento para hacer frente al agujero que arrastraba desde 1986, con un volumen total de deuda de 375.012 millones de pesetas. Concluido el saneamiento, la dirección del banco concentró su estrategia, a partir de 1990, en la separación de activos industriales y financieros mediante la creación de la Corporación Industrial y Financiera, el nuevo modelo de organización del Grupo Banesto. El Grupo Banesto, cuya cabecera era el Banco Español de Crédito, participaba directa e indirectamente en dos grandes grupos de sociedades. Por una parte, tenía un Grupo de Empresas Participadas, más de 260 entidades, pertenecientes a diferentes sectores económicos, mediante las que intervenía en el ámbito de la producción de bienes y servicios. Por otra parte, estaba el Grupo Financiero, con más de 20 sociedades. El 28 de diciembre de 1993, el Banco Español de Crédito era intervenido por el Banco de España, destituyendo al consejo de administración. Poco después era nombrado como presidente provisional Alfredo Sáenz Abad, vicepresidente del BBV y Conde ingresó en prisión por apropiación indebida, estafa de 7.000 millones de pesetas, falsedad documental y maquinación para alterara el precio de las cosas. Junto a él fueron procesados, Artur Romaní, Fernando Garro, Jacques Hachuel y Enrique Lasarte. El 25 de abril de 1994 el Banco de Santander adquirió en pública subasta el 73,5 por ciento del Banco Español de Crédito (Banesto), tras ser intervenido por el Banco de España, el 28 de diciembre de 1993. En abril de 1994, Alfredo Sáenz era ratificado como presidente de Banesto. El 13 de febrero de 2002, Ana Patricia Botín, hija de Emilio Botín, fue nombrada presidenta de Banesto.

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