Cuero

El trabajo del cuero está catalogado como arte menor y posee dos vertientes: la primera deriva de la artesanía tradicional con una elaboración totalmente manual, y la segunda tiene su aplicación en la producción industrial, cuyo máximo exponente es la industria del calzado. Su origen se remonta a la dominación musulmana, bajo la cual alcanzaron gran esplendor el trabajo del cordobán (v.) y del guadamecí. La tradición artesanal del curtido y del trabajo artístico de las pieles tuvo mayor arraigo en las zonas ganaderas. Tiene dos vertientes, la utilitaria y la artística. Dentro de la primera faceta se encuentra la corambrería cuyo objeto es la primera manipulación, preparación y curado, para la posterior obtención del cuero; la botería dedicada a la fabricación de botas de vino, con pervivencia en las provv. de Burgos, Segovia, Valladolid, León y Salamanca; y la guarnicionería, que comprende desde el trabajo de la piel hasta la confección final de todo tipo de objetos, de entre los que destaca la fabricación de aparejos para las caballerías, fuelles, utensilios complementarios de los aperos de labranza y de monteras, con especial significación en Albacete.