El Día de los Santos Inocentes, celebrado el 28 de diciembre, es una de las tradiciones más populares y divertidas de la Navidad española. La Fiesta de los Santos Inocentes conmemora un episodio hagiográfico del cristianismo: la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén, ordenada por el rey Herodes I el Grande con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret. Este acontecimiento es recordado en la Iglesia Católica cada 28 de diciembre. Con el paso de los siglos, esta celebración ha evolucionado hasta convertirse en un animado día en el que está permitido gastar bromas. Era habitual comprar artículos graciosos en mercadillos navideños muy conocidos, como el de la Plaza Mayor de Madrid, como pelucas, polvos pica-pica o tinta falsa, entre otros. Una de las bromas más extendidas durante este día era colocar en la espalda de alguien, sin que se diese cuenta, un pequeño monigote de papel blanco. Hoy en día, estas bromas han evolucionado, al...