Escultor activo durante la segunda mitad del s. XVI. Centró su actividad artística, según la documentación disponible, en las ciudades andaluzas de Granada y Sevilla. A su primera estancia en Granada, consignada a partir de 1563, corresponde el grupo de Las ocho Virtudes de la sala capitular de la catedral, en las que el equilibrio clásico es síntoma evidente de la huella de Diego Siloe, así como el grupo titulado Santa Ana, la Virgen y el Niño, también para la catedral granadina. En 1571 se trasladó a Sevilla, donde permaneció hasta 1580 entregado a la creación de obras religiosas y profanas. Entre las primeras figuran la Santa Rufina(1572) y los grandes relieves de la antesala capitular de la catedral hispalense, exponentes de una temática netamente bíblica, evangélica y teológica, realizada en colaboración con otros escultores. Entre las segundas se encuentran las esculturas Julio César y Hércules, envestidas de las figuras de Carlos I y Felipe II, de la Alameda...