Inglaterra y su Imperio entre las dos guerras mundiales

Introducción

Tras la guerra de 1914-18, Inglaterra, aunque vencedora, se vio arrastrada por el irreversible movimiento declinante de toda Europa. A pesar de que conservaba los valores que habían constituido su prestigio, acusaba también sus debilidades, en el momento en que otros continentes aumentaban sus posibilidades y sus aspiraciones. La esterlina tropezaba con la competencia del dólar, y la marina mercante británica veía surgir muchos y temibles rivales. Pero, incluso en estas condiciones, la «orgullosa Albión» seguía mostrándose como una gran nación, capaz de dominar a las otras: ¿no tenía, acaso, su imperio una extensión 140 veces mayor que el territorio metropolitano? Sin embargo, la guerra, la utilización de obreros indígenas, las facilidades concedidas a los estudianes pusieron a las «élites» de Africa y de Asia en contacto con las ideologías revolucionarias y nacionalistas. Los súbditos del imperio escuchaban voces nuevas que venían a poner en tela de juicio la antigua supremacía inglesa.

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