Madrigal

La métrica del madrigal no está ceñida, en la poesía española, a ninguna estructura prefijada; no obstante los versos suelen ser de once sílabas o de siete y suman, frecuentemente, un número de ocho a diez; aparecen combinados libremente, siempre según el gusto del autor, que también por lo que a la rima se refiere puede hacer uso de una libertad absoluta. Así pues, y tornando como base esta descripción, por su extensión cabe incluir el madrigal dentro del llamado género epigramático (si bien, por el tratamiento, habitualmente delicado, del tema, se aleja del epigrama pues carece de la mordacidad y agudeza característicos de este último) y dentro de la silva por su combinación métrica y su rima. Tanto el termino como la composición en sí son de origen italiano: “madrigal” fue la adaptación del vocablo italiano madrigale, que podría proceder de madriale, mandriale, palabras que significan ’pastor’ y que derivan del sustantivo latino mandra, ’majada’ o ’rebaño’; en consecuencia, parece que, en primera instancia, “madrigal” sería sinónimo de “canto pastoril”.