Realismo (literatura)

Recorrido histórico

Ahora bien, como tendencia literaria, el realismo español es tan antiguo como la propia lengua castellana. Así, ya en el Poema de Mio Cid se pueden hallar rasgos tan realistas como comparar el dolor de la separación del héroe y doña Jimena con el producido por una uña al ser arrancada de la carne. Similares rasgos pueden verse en Gonzalo de Berceo, por ejemplo, en la visión celestial de la Vida de Santa Oria; en piezas religioso-pastoriles como el Auto de la Pasión, de Lucas Fernández; en el subgénero de la novela sentimental; en La lozana andaluza, de Francisco Delicado; en el Lazarillo de Tormes; en toda la novela picaresca y, por supuesto, en La Celestina: “libro en mi entender divino, si encubriera más lo humano”, a decir de Miguel de Cervantes, quizás el más grande novelista realista de todos los tiempos y, al mismo tiempo, el que mejor ha sabido encubrir lo más bajo, sórdido y atentatorio para la dignidad humana.

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