Historia Sus orígenes se remontan al menos al siglo XVII, con registros documentales desde 1688 en Rusia. Se cree que evolucionó a partir de instrumentos similares como la domra y el gusli, presentes en Asia central y Siberia. Inicialmente, la balalaica era un instrumento popular entre campesinos y bufones ambulantes (skomorokhi), y durante siglos fue vista como un instrumento de baja categoría social. En el siglo XIX, el músico Vasili Andréyev y varios artesanos rusos modernizaron y estandarizaron la balalaica, introduciendo diferentes tamaños y adaptándola para su uso en orquestas, lo que la llevó a ganar prestigio y difusión nacional.