Historia Los orígenes del bar se remontan a las antiguas tabernas mesopotámicas y romanas, donde viajeros y locales se reunían para beber vino o cerveza. En la Edad Media, las tabernas europeas funcionaban como centros de reunión para mercaderes, artistas y plebeyos, siendo a menudo el único lugar donde se compartían noticias y se discutían asuntos comunitarios. Con el tiempo, en Inglaterra surgieron los pubs (public houses), que se convirtieron en el corazón de la vida social británica, sirviendo no solo alcohol, sino también comida y alojamiento. Estos establecimientos eran (y siguen siendo) puntos de referencia en pueblos y ciudades, con nombres pintorescos y una decoración que reflejaba la historia local. En Estados Unidos de América, los saloons del Viejo Oeste eran lugares ásperos, frecuentados por cowboys, mineros y forajidos, donde el whisky fluía junto con las apuestas y los conflictos.