Recorrido histórico Los cantorales tienen sus raíces en la Edad Media, cuando se comenzaron a compilar los cantos litúrgicos en libros para su uso en monasterios y catedrales. Estos libros eran esenciales para la uniformidad y la transmisión de la música sacra. Los primeros cantorales eran manuscritos iluminados, a menudo decorados con miniaturas y letras capitales ornamentadas. Estos libros eran escritos a mano por monjes y otros escribas. Con la invención de la imprenta en el siglo XV, los cantorales comenzaron a ser impresos, lo que facilitó su distribución y estandarización.