Cosmopolitismo

Recorrido histórico

La primera manifestación histórica de la igualdad y universalidad del género humano tuvo lugar quizás hacia el s. III a.C. El estoicismo griego elaboró una doctrina de la igualdad de helenos, bárbaros y esclavos fundada en el hecho de ser seres dotados de razón. Existe una comunidad de todos los hombres. Los que la siguen obran de acuerdo con la ley divina y son verdaderos sabios. El hombre racional es cosmopolita, ciudadano del mundo, porque obedece a la ley común del género humano. El sabio no tiene patria, y el mundo constituye una cosmópolis, una polis gigantesca. El gobierno particular de las ciudades o de las monarquías, que distingue a ciudadanos y a extranjeros, sólo se justifica como mal menor. «Donde quiera que haya un hombre, hay sitio para un beneficio», decía Lucio Anneo Séneca. El bien racional debe orientar las acciones.

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