Don Quijote, Primera Parte: Capítulo XVII
Don Quijote, Primera Parte: Capítulo XVII de ' Había ya vuelto en este tiempo de su parasismo don Quijote, y, con el mesmo tono de voz con que el día antes había llamado a su escudero, cuando estaba tendido en el val de las estacas, le comenzó a llamar, diciendo: -Sancho amigo, ¿duermes? ¿Duermes, amigo Sancho? -¿Qué tengo de dormir, pesia a mí -respondió Sancho, lleno de pesadumbre y de despecho-; que no parece sino que todos los diablos han andado conmigo esta noche? -Puédeslo creer ansí, sin duda -respondió don Quijote-, porque, o yo sé poco, o este castillo es encantado. Porque has de saber... Mas, esto que ahora quiero decirte hasme de jurar que lo tendrás secreto hasta después de mi muerte. -Sí juro -respondió Sancho. -Dígolo -replicó don Quijote-, porque soy enemigo de que se quite la honra a nadie. -Digo que sí juro -tornó a decir Sancho- que lo callaré hasta después de los días de vuestra merced, y plega a Dios que lo pueda descubrir...
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