Filosofía de la historia

Introducción

Ahora bien, la filosofía de la historia puede dirigirse a la historiografía y a su contenido —la sucesión de los mismos hechos en cuanto independientes del historiador— o solamente a lo «formal» —al modo cómo se investigan, conocen y narran los hechos—. En caso de hacer esta restricción, suele matizarse la expresión «filosofía de la historia» con algún adjetivo («filosofía analítica», «crítica»). Ciertamente, si se apura la exigencia explicativa, no cabe dar razón del conocimiento historiográfico sin una correlativa teoría, por incipiente o larvada que sea, acerca de aquello que es su objeto, pero a la inversa tampoco queda agotado el temario de la filosofía de la historia con sólo estudiar el «sentido y fin de la Historia». Porque a veces se la reduce a sólo esto, no sin alguna razón es juzgada despectivamente por los historiadores como si representase una intromisión ilícita de no profesionales que pretenden rellenar con audaces generalidades los huecos que provisionalmente deja vacíos la modestia científica del historiador.

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