Imperio austrohúngaro

Antecedentes del imperio austro-húngaro

El origen del estado de Austria-Hungría, nombre oficial del imperio, fue la proclamación de Francisco de Habsburgo como emperador de Austria en 1804. Después de la caída de Napoleón, en 1815, Austria se convirtió en el principal estado de la Confederación Germánica, pero a partir de las violentas revoluciones de 1848, de marcado carácter nacionalista, su poderío comenzó a tambalearse. Los territorios italianos, polacos y eslavos se sublevaron, y aunque estas insurrecciones pudieron ser sofocadas, los fundamentos constitutivos de la monarquía austriaca quedaron afectados. La situación política cambió radicalmente en 1866, cuando a una serie de revueltas nacionalistas se unió el enfrentamiento entre Austria y Prusia en el seno de la Confederación Germánica. El conflicto estalló por la cuestión de los ducados de Schleswig y Holstein, disputados por ambas potencias. El canciller alemán Otto von Bismarck acusó a Austria de abuso de poder en Holstein y ordenó la ocupación militar de este territorio. La derrota de Austria en Sadowa supuso la anexión de diversos territorios por parte de Prusia, que se convirtió en la gran potencia del norte de Europa.

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