Material sólido cuya red cristalina es continua y no está interrumpida por bordes de grano en toda la extensión de la muestra. Esto significa que los átomos están ordenados de manera regular y uniforme en una sola orientación a lo largo de todo el cristal, a diferencia de los materiales policristalinos, que están formados por muchos pequeños cristales (granos) con diferentes orientaciones separados por límites de grano. Esta estructura perfecta y continua otorga a los monocristales propiedades físicas muy uniformes y consistentes, especialmente en campos como la óptica, la electrónica y la mecánica. Por ejemplo, el silicio monocristalino es fundamental en la fabricación de semiconductores y paneles solares de alta eficiencia, ya que su pureza y orden interno permiten un mejor flujo de corriente eléctrica y menor pérdida de energía. La producción de monocristales requiere técnicas de crecimiento controlado, como el método Czochralski o el método de zona flotante,...