Pedro y el lobo

El encargo

En febrero de 1936 Prokofiev visitó el Teatro Nezlobin, una antigua sala de conciertos de Moscú situada frente al Teatro Bolshoi, donde se representaban imaginativos cuentos de hadas para el público infantil. Entusiasmado por la excitación de los niños ante las fantasiosas historias que se presentaban en el escenario, el compositor recibió de Natalia Satz, directora del Teatro Musical Infantil de Moscú, el encargo de escribir una partitura para niños. Pocos días después del encargo, Prokofiev ya le explicó a Satz que pondría música a una historia en la que aparecieran animales y al menos un personaje humano, y que cada animal estaría representado por un instrumento de la orquesta, y el humano, por un cuarteto de cuerdas. Cada personaje tendría a su vez un tema musical que lo identificaría, y el texto del cuento sería leído durante la ejecución de la partitura por un narrador. Natalia Satz encargó a Nadezhda Sakonskaya, joven poeta, la escritura del cuento siguiendo los parámetros marcados por el compositor, pero cuando el cuento estuvo terminado, a Prokofiev no le gustó el tono y el hecho de que estuviera en verso. Él mismo lo reescribió en prosa, y dos semanas después el texto y la partitura para piano estaban finalizados. La orquestación quedó terminada el 24 de abril de 1936, la víspera del 45º aniversario del compositor.

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