... defecto, y solamente la cabeza era muy prolongada y desmedida. Por esto en casi todas sus estatuas se le retrata con yelmo, no queriendo, según parece, mortificarle los artistas; y los poetas áticos ...
... . Ni ignoras que gusto poco de ser conocido, y que sólo delante de vosotros suelo levantarme con placer la visera del yelmo. Don Ramiro no echó en saco roto estas nuevas, y se alegró harto de oírlas ...
... punto de que mis placeres corrompan y manchen mis ocupaciones, que las amas de casa hagan una cazuela de mi yelmo y toda indigna y baja adversidad haga frente a mi estimación.DUX.- Se quede o parta ...
... puse al frente de una y el deiforme Euríloco mandaba la otra. Echamos suertes en broncíneo yelmo y, como saliera la del magnánimo Euríloco, partió con veintidós compañeros que lloraban, y nos dejaron ...
... carecido de herederos, hasta el día de hoy el jefe de la antigua casa tiene aún el sombrero o el yelmo puesto ante la majestad del rey, sin impedimento alguno, y nadie más puede hacerlo. Invocando ...
... piedras el tiempo enrojeció, obra de un cincel rudo campeaba el gótico blasón. Penacho de su yelmo de granito, la yedra que colgaba en derredor daba sombra al escudo en que una mano tenía un corazón ...
... s fiera cosa de ver y más espantable que el infierno. En la cabeza lleva el citado Mordacho un yelmo hechizo con agujeros enormes por los cuales saca las orejas. Su armadura es de huesos y costillas ...
... de pajas hago esto, que bien tengo a quien imitar en ello; que esto mesmo pasó, al pie de la letra, sobre el yelmo de Mambrino, que tan caro le costó a Sacripante.-Que dé al diablo vuestra merced ...
... al mensajero del rey: «Iremos a París, con mucho gusto, el día en que se nos cita, pero lo haremos con el yelmo en la cabeza y acompañados por 60.000 hombres». El 30 de noviembre de 1369, Carlos V ...
... un regalo te entrego, esta rosa naciente y este fresco laurel». & 160;& 160;Y el Cid, sobre su yelmo las frescas hojas siente, en su guante de hierro hay una flor naciente, y en lo íntimo del alma ...
... cuadro de luz, se adelantó una amazona más alta que todas las demás, cuyo rostro no estaba descubierto bajo el yelmo, sino completamente oculto con la visera calada, y cuyo pecho de senos firmes ...
... el continuo y estridente crujido que produjeran sus movimientos, una loriga de templado acero, un yelmo con penacho cimerado a la romana, con la visera echada al rostro y demás piezas de armadura ...
... tomado de los aqueos, con los que estaban en contacto, algunos nombres de divinidades, la forma del yelmo de guerra, los carros, ciertos instrumentos musicales: aportaciones muy modestas, al lado ...
... La viüda se contempla: Huerfanillo, ése es tu padre; Ése es tu hermano, doncella. Mi capacete, mi yelmo, Mis brazales, mi babera, Mis manoplas, mi loriga Pónganse dentro la reja ...
... suntuosos alcázares. Mi espada ha sido un rayo en los combates, y ondeaba tan alto el penacho del yelmo, como las livianas plumas de tu casco. El viento del septentrión, la flecha que hiende los aires ...
... , ¡es posible que no te enternezcan mis súplicas -Ya me verás enternecido entre tus brazos...Tiró el yelmo al decir esto y arrojóse con centelleantes ojos a la hija de Armengol, que en vano había ...
... y poderoso Rey Dar& 237;a la mitad de mi vida, por ponerme encima de su casco, de aquel & 225;ureo yelmo, ante cuya cimera se inclinar& 225;n con pavura todos los monarcas y naciones de la tierra ...
... orgullo aristocrático, mató y reemplazó al orgullo feudal que yace en su cota de malla y yelmo. El orgullo popular mató y reemplazó al aristocrático, que yace en sus vestidos de terciopelo y pelucas ...
... quiso ponérsela quedó aplastado por completo con el peso de la enorme coraza y del yelmo de acero. Y se desplomó pesadamente sobre las losas de piedra, despellejándose las rodillas y contusionándose ...
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