... or la opinión pública.Esteban Arkadievich se acercó precipitadamente a su cuñado ofreciéndole tabaco.–No fumo –repuso Karenin con calma.–Creo que las bases de esa opinión están en la esencia ...
... Biblia, un largo trozo de cuerda, pluma, tinta, el cuaderno de bitácora y varias libras de tabaco. Aseguró en una esquina del fortín un tronco fino que había encontrado, y con ayuda de Hunter subióse ...
... ventero, rechoncho y coloradote, sentado al sol en una silleta baja, deshaciendo entre las manos el tabaco para liar un cigarrillo y con el papel en la boca; allí, un regatón de la Macarena que canta ...
... entre los huesos y los jirones de tela-: ni una moneda de cobre ni una caja de tabaco. Esto no me parece tampoco muy normal. -No, ¡por todos los cañonazos -dijo Silver-, no lo es. Ni tampoco creo ...
... pie junto al biombo. La puerta que daba a la escalera estaba abierta para dejar salir el humo de tabaco que llegaba de las habitaciones vecinas y que a cada momento provocaba en la pobre tísica largos ...
... cuatro versos que le parecen a usted tan fáciles me han costado media docena de tabacos habanos »-Que a hora por tabaco, representan seis horas de trabajo. ¡Acaso me habrían costado a mí seis días ...
... tortuosos y estrechos desaparecían bajo bóvedas de verdor. Se pasaba por encima de campos cultivados de tabaco, maíz y centeno en plena madurez, y recreaban la vista vastos arrozales con sus tallos ...
... ;Tome usted m& 225;s, para s& 237; y sus compa& 241;eros, que la vejez entretiene sus tristezas con el tabaco.-Gracias& 187;.Y baj& 243; el anciano tan gravemente como hab& 237;a subido, escal& 243;n ...
... & 237;a. Unos chicos con delantalechaban arena sobre las losas entre arbustos verdes. Ol& 237;a aajenjo, a tabaco y a ostras.Emmatorc& 237;a por una calle, reconoc& 237;a a Le& 243;n por supelo rizado ...
... costados de la tartana llenos de muselinas pintadas, algodones de contrabando, pólvora inglesa, y tabaco que no quería pagar derechos a la aduana. Tratábase de sacar todas estas mercancías de Liorna ...
... .Calló, y sacando una petaca de oro con un florón de rubíes en el dorso, nos invitó con cigarrillosde tabaco rubio.El teósofo rehusó inclinando la cabeza, yo acepté. El señor Souza continuó:--Hablando ...
... la más importante, que es la de suministrar una materia prima para la fabricación del papel. El tabaco era también uno de los productos de estas altiplanicies. Los peruanos, sin embargo, diferían ...
... segunda o tercera vez le oí su familiar alegación contra el cuarto del cartero, el estanco del tabaco, la Lotería, los Aranceles judiciales y los Consumos... Las Cortes eligieron Presidente a Salmerón ...
... Cilenio a lo bellaco,con no se qué volumbres de ironia:& 160;& 160;& 160;& 160;«esto que se recoxe es el tabaco,que a los vaguidos sirve de cabeçade algun poeta de celebro flaco.& 160;& 160;& 160 ...
... la tropilla de Goyo. Las mudas que había dispuesto llevar yacían apiladas a los pies de mi catre. ¿Tabaco?... tenía un paquete de picadura y papel para armar.Hecha mi revisación de haberes, me sentí ...
... que fingiera una enfermedady presentara su dimisión; se le concedía una granpensión sobre el arriendo del tabaco; había seguridad de ello.Este rumor llegó hasta el arzobispo, quien se alarmó muchoy ...
... de la butaca en que estaba sentado-. Y en el extremo a que han llegado las cosas no nos queda ya más recurso que plantar tabaco y destilar aceite de ballena.-¡Cómo -exclamó J. T. Maston con voz ...
... 243;n de vida.Don Anacleto fue desarrugando el ce& 241;o, e invit& 243; a su gu& 237;a a picar tabaco alcanz& 225;ndole un trozo en rollo.Para esto, p& 250;sose al paso, y entabl& 243; conversaci& 243 ...
... largo canapé, pesado como una antigua carabela, con sus cercos y cestillas en los brazos para el tabaco y el café, se encuentra respetado al pie de la camareta de señoras.Toda esta zona abrigada ...
... el lado opuesto, y le vio Juan la pantorrilla. ¡Diablo Las medias, hoy eran de un tono tabaco... Tuvo otra vez que casi tenderse en el paño, y no sólo le vio Juan el arranque de la bota, nada baja ...
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