... cuando Julián,que se había pegado contra el marco de la puertecita, pudo ver lahermosa imagen del santo. Estaba oculto bajo el altar, vestido de soldadoromano. Presentaba su cuello una ancha herida ...
... dulce vida mía -Oh quién muriera por tu amor ardiendo -¡Oh vida de mi vida, Cristo santo -Pasos de mi primera edad, que fuistes -Pastor que con tus silbos amorosos -Pedro, a la sangre que por vos ...
... siete sacramentos estos enemigos sobrar. Contra la grand cobdiçia el bautismo porfía, dono de Spíritu Santo de buena sabidoría, sabernos guardar de lo ageno, non desir esto querría, la virtud ...
... dulce vida mía -Oh quién muriera por tu amor ardiendo -¡Oh vida de mi vida, Cristo santo -Pasos de mi primera edad, que fuistes -Pastor que con tus silbos amorosos -Pedro, a la sangre que por vos ...
... dulce vida mía -Oh quién muriera por tu amor ardiendo -¡Oh vida de mi vida, Cristo santo -Pasos de mi primera edad, que fuistes -Pastor que con tus silbos amorosos -Pedro, a la sangre que por vos ...
... , los envidiosos le carcomen la reputación con saña malévola; si el destino llama a un genio, a un santo o a un héroe para reconstituir una raza o un pueblo, las mediocracias tácitamente regimentadas ...
... dulce vida mía -Oh quién muriera por tu amor ardiendo -¡Oh vida de mi vida, Cristo santo -Pasos de mi primera edad, que fuistes -Pastor que con tus silbos amorosos -Pedro, a la sangre que por vos ...
... su juventud a venerables rabinos de Marruecos, grandes talmudistas, conocedores del libro santo, fuera del cual nada existe digno de respeto. Uno de ellos la había recomendado a Salomón, y admiraba ...
... dulce vida mía -Oh quién muriera por tu amor ardiendo -¡Oh vida de mi vida, Cristo santo -Pasos de mi primera edad, que fuistes -Pastor que con tus silbos amorosos -Pedro, a la sangre que por vos ...
... llamo Zara, y Alá te guarde.& 160;¿Qué te parece?VIVANCOQue el cielose nos descubre en la tierraen este tan santo celo.D. LOPESin duda, en Zara se encierra 580toda la bondad del suelo.VIVANCOQuizá ...
... hermosa niña, cubierta aún con gotas de rocío, semejantes a lágrimas: todos habréis visto en aquel santo lugar una tumba, una tumba humilde. Antes la componían una piedra tosca y una cruz de palo ...
... , sin vení a ve la sal del mundo, la cosa más chistosa... ¡Ay qué envidia le tengo a su mujé, santo varón Monáa como las tales gemeliyas... ¡Por unas así daba yo sangre e la vena ... ¡No etiman ...
... se apart& 243; de la reja, y sali& 243; r& 225;pidamente del coro sin besar el pie del Santo Cristo. Al hallarme solo reun& 237; todos, absolutamente todos los rayos de mi raz& 243;n, y junt& 225 ...
... juramentos y arrumacos una gitana vieja que de Loja venía, agregando que Rafael tenía ya más poder que el santo ángel de su nombre. La vuelta al mundo en la Numancia de Benito Pérez GaldósI -II -III ...
... alegré, porque con tantos ajetreos viene una retrasada en sus obligaciones para con la Iglesia... Concluido el Santo Sacrificio, pude hablar con don Enrique, aprovechando un momento en que nos dejaron ...
... Traía la cara encendida, por la prisa del regreso, y quizás por haber llorado en el campo santo. Basilisa, que la acompañó, también traía la cara como un pavo. -¿Ya estás de vuelta? -le dijo Ángel ...
... dulce vida mía -Oh quién muriera por tu amor ardiendo -¡Oh vida de mi vida, Cristo santo -Pasos de mi primera edad, que fuistes -Pastor que con tus silbos amorosos -Pedro, a la sangre que por vos ...
... la partida de Juan Mart& 237;n entraban en la iglesia. Mi plan era hablar del Esp& 237;ritu Santo; pero no me acordaba de lo que hab& 237;a pensado y dije a los botorritanos: Hijos m& 237;os, San Juan ...
... extremo opuesto, los fuertes de Miraflores. El punto m& 225;s d& 233;bil era Bego& 241;a, el Campo Santo, la bater& 237;a del Emparrado, el espald& 243;n de tablas que proteg& 237;a el camino cubierto ...
... sepulcro. ↑ Dar el Señor a algún enfermo.↑ En las casas muy pobres de la montaña se observa esta costumbre con tan santo fin. Las brujas de José María de PeredaI -II -III -IV ISBN 978-84-9963 ...
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