... menester destituirlo».Meng-tsédijo: «Si las provincias situadas entre los cuatro límites extremos del reino no están bien gobernados, ¿qué se debe hacer?».El rey (fingiendo no entender) miró ...
... l sultán Baibars se tambaleó al oír el relato; y su contento llegó a los límites extremos. Y para demostrar a sus capitanes de policía el gusto que sentía, les nombró a todos chambelanes de palacio ...
... y verde, amarillo y violeta, buscando los tonos cortados y neutros para armonizar la brutalidad de los extremos, intentando conseguir colores intensos, y no una armonía en gris. Como decíamos antaño ...
... del vulgo quiero deciros de qué modo las querría, ya que seguir el arte no hay remedio en estos dos extremos dando un medio. Elíjase el sujeto y no se mire, (perdonen los preceptos) si es de reyes ...
... , en vez de sillas, tenían para sentarse dos bancos fronterizos, de ennegrecido roble. Los extremos de la mesa quedaban libres para el servicio. Sobrio por instinto, Segundo reparó con sorpresa ...
... corrientes en las que se pretende que el azar juegue un papel de especial relieve. Estos dos extremos en los que se van a mover ambas tendencias parecen demostrar un deseo de escapar a la definición ...
... puñal de vaina y cabo de plata: anchos calzoncillos, de finísimo lienzo, adornados en los extremos con un gran fleco o crivao, resguardaban sus piernas, y descendiendo hasta los tobillos, ocultaban ...
... 237;an algo, y arrojando la aguja, la herramienta o la pluma, corrieron a Mil& 225;n desde todos los extremos del mundo. All& 237; se re& 250;nen para digerir los macarrones de la trattoria, esperando ...
... que le vieron a diferentes horas chapoteando en la r& 237;a, a bajamar, o rondando t& 233;trico por los extremos de la poblaci& 243;n. Arrastrando su pata coja, corri& 243; Valent& 237;n por calles ...
... , y la naranja que mucho se estruja llega a dar lo amargo. Aun en la fruiciónnunca se ha de llegar a los extremos. El mismo ingenio se agota si se apura, y sacará sangre por leche elque esquilmare ...
... . Don Gonzalo, que leía La Época, habló un poco con don Alejandro de las audacias de los partidos extremos y de la decadencia de la aristocracia española por influjo necesario de las nuevas corrientes ...
... . Comprobó experimen-talmente que a los pocos días de cortar un tronco nervioso, los extremos de las fibras del muñón disparan ramas en todas direcciones. Algunas de ellas atraviesan la cicatriz ...
... negras barcas amarradas a los viveros con techos de paja a ras del agua, adornadas en los extremos con cruces de madera, como si quisieran colocar las anguilas de su seno bajo la divina protección ...
... veces por la comunidad de gustos, y tenaces adversarios en otras ocasiones, hasta los mayores extremos de enemistad. Juliano de la Rovere hab& 237;a de ser el eterno conspirador contra Alejandro ...
... juego. & 201;l mir& 243; tambi& 233;n, y una sonrisa maligna contrajo levemente los extremos de su boca, al mismo tiempo que se dec& 237;a mentalmente, a guisa de consuelo: & 171;& 161;Capit& 225;n ...
... lugar, del punto de partida de la cosa, como el principio de la línea, del viaje. En uno de los extremos reside este principio, correspondiendo con él otro principio al extremo opuesto. Principio ...
... mar. Y tan luego como llegamos a dicha tierra, que estaba próxima, vimos en uno de los extremos y casi tocando al mar una excelsa gruta a la cual daban sombra algunos laureles, en ella reposaban ...
... 233;cnicas enlazadas por una mecha com& 250;n, el fuego se corri& 243; desde el Santa Ana hasta los dos extremos de la l& 237;nea.El Victory atac& 243; primero al Redoutable franc& 233;s, y rechazado ...
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